Síntomas de la deficiencia de Vitamina D

La vitamina D es extremadamente importante, ya que tiene poderosos efectos en diversos sistemas en todo nuestro organismo. A diferencia de otras vitaminas, funciona como una hormona, y cada una de las células que se encuentran en nuestro cuerpo tiene receptores para ella. En términos generales, nuestro organismo la fabrica a partir del colesterol cuando está expuesta a la luz solar, sin embargo también la podemos encontrar en distintos alimentos, tales como pescados grasos y algunos lácteos, aunque es complicado obtener las cantidades necesarias solo a través de los alimentos.

La vitamina D es liposoluble, y en realidad son 5 substancias diferentes, de las cuales las primordiales para los seres humanos son la D2 (ergocalciferol) y D3 (cholecalciferol). Esta vitamina tiene importantes funciones, tales como la absorción correcta de calcio y fósforo, además de facilitar una función normal del sistema inmune. Obtener cantidades suficientes de Vitamina D es importante para el crecimiento y desarrollo de huesos y dientes, así como mejorar nuestra resistencia ante ciertas enfermedades.

La ingesta recomendada diaria es de entre 400-800 IU, pero diversas opiniones de expertos nos recomiendan una mayor ingesta. La deficiencia de vitamina D es muy común y diversos estudios estiman que más de mil millones de personas alrededor del mundo padecen bajos niveles de esta vitamina.

Existen diversos factores de riesgo para presentar deficiencia de Vitamina D: tener piel obscura, la edad avanzada, el sobrepeso y obesidad, dietas que restringen el consumo de pescados grasos o lácteos, poca exposición a la luz del sol.

Los síntomas de la deficiencia de Vitamina D son generalmente sutiles, lo que hace que la gente no se de cuenta que puede padecerla. Uno de los roles más importantes de la vitamina D es mantener nuestro sistema inmune fuerte, para poder combatir virus y bacteria que causan enfermedades, ya que interactúa directamente con las células encargadas de combatir las infecciones. Cuando nos enfermamos con mucha frecuencia, especialmente resfriados o gripa, puede tratarse de niveles bajos de vitamina D; algunos estudios incluso han encontrado que dosis elevadas de esta vitamina pueden reducir el riesgo de infecciones en vías aéreas.

Otro de los síntomas a estar atento, es la fatiga y cansancio; sin embargo, este es un síntoma que se asocia con más frecuencia a estilo de vida y hábitos, así que es fácil pasar por alto que se pueda tratar de una deficiencia nutricional. Dado que la vitamina D nos ayuda a mantener nuestros huesos saludables, el dolor de los mismos así como de espalda baja nos puede indicar que sufrimos niveles inadecuados de ella, sobre todo en mujeres de edad avanzada. De igual manera puede estar ligado a dolor de articulaciones, piernas y costillas.

También las alteraciones del ánimo pueden estar ligadas a la deficiencia de vitamina D, sobre todo en personas que viven en lugares donde las diferencias climáticas entre estaciones son muy marcadas. Una suplementación adecuada de vitamina D durante los meses de invierno puede ayudar a mejorar el estado de ánimo.

Tan importante es la vitamina D en nuestro organismo, que también juega un papel primordial en la curación de los tejidos: un signo de niveles inadecuados puede ser la lenta recuperación de las heridas, incluyendo cirugías o golpes. Esto sucede que la vitamina participa en el aumento de la producción de compuestos que son cruciales para la formación de nuevos tejidos, en el proceso de recuperación de las heridas. Además, se complementa por el rol de la vitamina D en el control de la inflamación y combate a las infecciones. Por ejemplo, en el caso de los pacientes con pie diabético, un estudio encontró que quienes sufrían una deficiencia más marcada, eran más propensos a tener niveles más altos de marcadores inflamatorios que pueden comprometer la sanación.

La vitamina D es particularmente importante para la absorción correcta del calcio, así como el metabolismo de los huesos. Para quienes están preocupados de la pérdida de masa ósea, es muy común pensar que con la suplementación de calcio es suficiente, sin embargo la vitamina D es primordial para poder metabolizarlo.

Otro de los signos que se pueden confundir con otra causa es la pérdida de pelo, y que con frecuencia se liga al estrés, sin embargo la caída excesiva en mujeres ha sido ligada a niveles bajos de vitamina D. También la alopecia areata (enfermedad autoinmune) está ligada al raquitismo, la cual causa complicaciones óseas en los niños debido a una deficiencia de vitamina D. Niveles bajos de vitamina D están ligados a una pérdida más severa de pelo.

A pesar de que el dolor muscular puede tener causas muy diversas y difíciles de identificar, la deficiencia de vitamina D puede estar ligada a su presencia tanto en niños como en adultos; el receptor de la vitamina D está presente en las células nerviosas llamadas nocireceptores, los cuales perciben el dolor. Algunos estudios han encontrado que la suplementación de vitamina D puede ayudar a reducir el dolor muscular en personas deficientes y en el caso de los niños, es particularmente útil para el alivio de los dolores de crecimiento.

La vitamina D se encuentra de manera natural en distintos alimentos, sin embargo para garantizar tener niveles adecuados, es complicado garantizar una dieta lo suficientemente diversa para obtenerlos. Sobre todo para quienes no consumen productos de origen animal, o que tienen exposición muy limitada a la luz solar. Puedes encontrarla en el salmón, sardinas, en la yema de huevo y en los mariscos; también en los hongos, sobre todo los maitake y los portobellos. Recientes estudios han encontrado que se necesitan cantidades mayores a las que se consideraba anteriormente; para los niños y adolescentes, la ingesta recomendada al menos es de 600 UI, adultos de hasta 70 años 600 UI, mayores de 70 años 800 UI y mujeres embarazadas y en lactancia, 600 UI.

Muy importante, a pesar de ser primordial para la salud de nuestro organismo, no hay que perder de vista que la suplementación excesiva también puede causar problemas; por ejemplo, si el consumo de Vitamina D es muy elevado se puede originar también niveles altos de calcio en la sangre (hipercalcemia), la cual se caracteriza por problemas digestivos tales como vómito, náusea, y dolor estomacal, mareo y confusión, sed excesiva y orina muy frecuente. En casos muy extremos, los riñones también pueden sufrir alteraciones debido a estos niveles de calcio; es por eso que es importante no pasarnos de las dosis recomendadas, especialmente en el caso del consumo de suplementos.

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